Nadie es más grande que el propio deporte #Opinión

Sin mucha actividad alrededor del mundo del golf, dos noticias tuvieron mucha resonancia, tanto por medios especializados, como por aficionados y, sobre todo, en redes sociales. Toxicidad que no beneficia a nadie, pero no todo está perdido; este deporte siempre nos regala esperanza. Después de cada bogey, siempre puede existir un birdie…

Las BOMBAS de la semana pasada, como fueron la contratación del español Jon Rahm al LIV Golf y la afirmación por parte de la USGA y The R&A que a partir del 2028 las pelotas de golf volarán menos para profesionales y para amateurs (2030), mostraron una nueva cara en la comunicación de este deporte y no fue agradable.

Entrar a X –antes conocido como Twitter–, cuando la mayoría de las cuentas que sigues están relacionadas al golf, era para perder la fe en la humanidad. Jugadores del más alto calibre, medios prestigiosos y “trolls” ya no pudieron más con tanto ataque y dimes y diretes que la plataforma de comunicación digital se volvió casi, casi en un campo minado.

Turkish Airlines World Golf Cup

Tanto el rollback de la pelota como la contratación de Rahm combinado con todo la incertidumbre que se ha vivido en este deporte en los último dos años, dio como resultado tweets atacando a unos y a otros, nadie salía bien librado y todos querían dar su punto de vista. Por momentos te hacia perder la fe en este deporte, uno que –desde mi muy humilde opinión– será el encargado de cambiar al mundo y hacer de este mundo, un mundo mejor.

Pero afortunadamente a pesar de cualquier pleito mediático o de plataformas digitales y mientras existan campos en el mundo, la gente lo seguirá practicando, sin importar qué jugador participe en cualquier circuito o cuánto más o menos vuele la pelota.

Un claro ejemplo de eso fue lo que se vivió la semana pasada en la Turkish Airlines World Golf Cup. Un total de 77 jugadores representando a 52 países distintos con la misión de practicar su deporte favorito, en compañía de desconocidos que con el paso de cuatro días se convirtieron en amigos para toda la vida.

Sin importar qué gira les agradaba más o qué opinión tenían sobre las nuevas regulaciones a la pelota, estos jugadores, de todos los rincones del mundo, se reunieron para vivir una de sus mejores experiencias como deportistas amateur, tratando de dar lo mejor, pero al mismo tiempo disfrutando al máximo, recordándole, por lo menos a este su servidor, que el golf es mucho más grande que cualquier tour, regulación o pleito entre ligas, jugadores o twitteros.

En momentos donde es fácil perder un poco la fe por el deporte que tanto me mueve y me apasiona, aparecen estos instantes, que me vuelven a enganchar y a enamorar.

Imposible alejarse de este deporte.