[SAINT ANDREWS] A lo largo del perímetro del fairway que comparten los hoyos 1 y 18 del Old Course en St. Andrews corre un riachuelo, el cual, para cruzarlo, debes atravesar el Swilcan Bridge: un pequeño puente de nueve metros de largo por dos metros y medio de ancho, con más de 700 años de antigüedad.

A pesar de que es solo un pequeño detalle dentro de este antiquísimo e histórico campo, es, probablemente, la imagen más reconocible de la Casa del Golf. Cualquier visitante en este sitio, posa en el puente para la foto del recuerdo, incluidos los propios golfistas, que son parte de las distintas ediciones de The Open Championship.

Pero de unos años a la fecha, el Swilcan Bridge se ha convertido también en sinónimo de retiro. Arnold Palmer, un golfista identificado con carisma, inició con esta peculiar tradición cuando en 1995 escogió el Old Course de St. Andrews como su último The Open. Después de su segunda y última ronda, al cruzar por el puente de camino a su última caminata como profesional en suelo británico, se tomó unos segundos para saludar a los aficionados antes de cruzarlo; Tiger Woods, aún como amateur, fue testigo. 

“Vi a Arnold pegar su golpe inicial en aquel día de 1995 y fue realmente especial…”, dijo el Tigre esta misma semana.

Diez año después, durante la edición de 2005 Jack Nicklaus decidió colgar los bastones en el mismo escenario. Tiger volvió a ser testigo.

WATCH: Tom Watson and Jack Nicklaus relive Jack's farewell walk over the Swilcan Bridge at St Andrews in 2005.https://t.co/xd00kbBQoW

— The Open (@TheOpen) July 4, 2015

“Estaba jugando probablemente cuatro o cinco hoyos por detrás de Jack y Tom [Watson] cuando Jack se retiro en el ’05. Y escuchaba los alaridos crecer conforme se acercaba al final.  Pude escuchar la ovación del público cuando caminó por el 18”, narró Woods.

Estas son solo algunas del las razones por lo que este campo es tan especial para Tiger, al grado de que públicamente lo ha catalogado como su campo favorito y, a pesar de que vive en Florida, el Old Course lo acompaña prácticamente todos los días de su vida.

“Tengo una foto en mi oficina de la primera ocasión que jugué una ronda de práctica aquí, sentado en el puente y eso tiene un enorme significado para mí. Imagínense,  cuánta historia y cuántas personas han caminado por ahí”, comentó el dos veces campeón del Open en esta sede.

Nos atrevemos a pronosticar que el 15 veces ganador de Majors será el más ovacionado en esta edición cuando atraviese el famoso Swilcan Bridge en su última ronda de su gloriosa carrera.

The Open: Los mejores que se coronaron en St. Andrews

–Este texto es patrocinado por Tequila Maestro Dobel.