[AUGUSTA] Resiliencia fue la palabra que utilizó Rory McIlroy durante toda la semana del Masters de Augusta. Por fin, con base en esta mentalidad, se le concedió vestirse con el saco verde y completar el Grand Slam del golf. 

Gloria e historia en Augusta National. Después de llegar con la presión año tras año, el norirlandés triunfó en el campo que tanto le cobró en 2011. McIlroy firmó una tarjeta total de 11-bajo-par (73 golpes el domingo). Por supuesto con drama incluido, como debía ser su primera victoria en este escenario, en un Playoffs ante el inglés Justin Rose.

Un doble bogey en el hoyo 1 incomodó al número dos del ranking mundial y a todos los que confiaban en una épica tarde de Majors. No fue el único error grave del europeo, quien se sacudió rápidamente esa equivocación. Se recuperó: del 4 al 10, embocó cuatro birdies, por lo que parecía ser un desenlace tranquilo para encontrarse con su objetivo. 

Pero llegó Amen Corner, donde pegó con un bogey en el 11, par en el 12… y un gravísimo error en el 13, tras mandar su approach al Rae’s Creek, le costó otro doble bogey (su cuarto durante la semana del torneo) y le dio entrada a un prendido Justin Rose, ese que fue líder durante las dos primeras rondas del Masters, y al sueco Ludvig Aberg, segundo lugar en la edición 2024. 

Bryson DeChambeau, quien después de la segunda bandera se colocó líder en solitario, sucumbió también en Amen Corner. En su intento por alcanzar al norirlandés, mandó su pelota al arroyo del 11.  Para los últimos cinco hoyos, Rory se encontraba empatado con Rose, cuatro grupos por delante. El inglés le hizo pájaro al 16 (su noveno en el día, con tres bogeys) para igualar la punta del tablero blanco. Aberg, en dos twosomes antes del de McIlroy, también le alcanzó.

Antes de que dieran las 18:00 horas en Augusta, Georgia, los tres se encontraban empatados en el liderato. A Justin le quedaba un hoyo por jugar; a Ludvig, dos, y a Rory, cuatro (-10). 

Fue entonces que el norirlandés dijo “Basta, ya no hay que sufrir”. Al costado izquierdo del fairway del 15 (Par 5), agarró el fierro 7 de su bolsa y mandó un espectacular disparo con draw para dejar su TP5 en el centro del green con un gran oportunidad de eagle; antes de que la pelota cayera al césped, empezó a caminar, similar a lo visto el sábado con el fierro 6. Firmó el birdie, suficiente para separarse por uno y tres banderas por enfrentar. 

Rose metió más de empuje, con un largo putt para pájaro en el 18 para irse al Clubhouse con la misma tarjeta  (-11) que su compañero en la Ryder Cup y por enfrentar las dos últimas banderas del recorrido. A esperar en el range…

Ericka Lozano, la mexicana presente en el Masters 2025

Birdie norirlandés en el 17, gracias a otro espectacular disparo desde el fairway. McIlroy llegó al 18 con la ventaja de un impacto sobre el inglés, su más único competidor. Ningún jugador, hasta antes de la edición 89 del Masters, había conquistado Augusta National con cuatro doble-bogeys en 72 hoyos. Pero se fue a la trampa de la derecha del green y no pudo sacar el cuatro. A desempate con su amigo Justin.

Ambos volvieron a partir desde el tee del 18 y sus salidas fueron perfectas. Para el segundo disparo, Rose mandó un dardo al agujero, pero sin suficiente spin. McIlroy mandó su redonda pasando el pin, con el efecto suficiente para dejarla a tan solo un metro. El inglés erró el birdie, el norirlandés acertó…. arrojó su SpiderTourX y se tiró al suelo, sollozo, con las manos en el rostro. El primer abrazo fue con su caddie, Harry Diamond. El segundo, con su contrincante, todo un caballero.

“Tengo que ir a ponerme un saco verde”, dijo Rory durante los festejos con sus amigos.

Por fin se podrá sentar en la mesa de la Cena de Campeones y por fin terminó con la sequía de una década sin victoria en Majors. 

Con su corona en el Masters, también se convirtió apenas en el sexto jugador en ganar los cuatro Majors, en una selectiva lista con Tiger Woods, Jack Nicklaus, Gary Player, Ben Hogan y Gene Sarazen. El ‘hijo pródigo’ por fin cumplió con la profecía y escribió su nombre en letras doras como uno de los mejores golfistas que han pisado nuestro planeta. 

El saco verde le quedó a la perfección, se le vio muy bien. Rory McIlroy es campeón del Masters de Augusta. 

El mejor latinoamericano en el field fue Joaquín Niemann, con una tarjeta en par de campo. El colombiano Nicolás Echavarría tuvo un domingo para olvidar de 84 y concluir en +8 total. 

-Presentado por The Back9 Golf