[AUGUSTA] Una victoria en el Masters trae muchos privilegios: jugar el torneo por el resto de tu vida, ingresar a la selecta Cena de Campeones, ser reconocido internacionalmente y, junto con los socios del Augusta National– vestirse con el saco verde.

Aunque, por si no sabías, el saco se queda en el Club.

Actualmente, solo puedes llevártelo de “paseo” el año en el que ganas el Masters, para presumirlo en público, vestirlo en eventos sociales o usarlo en la privacidad de tu casa. Unos, prácticamente, no se lo quitan durante 12 meses; otros, la minoría, lo utilizan en pocas ocasiones.

No siempre fue así, existió una época en la que ni si quiera el saco del campeón vigente podía dejar la propiedad. Esta tradición la inició, nada más y nada menos, que el primer golfista no nacido en Estados Unidos en coronarse en este Major.

“En 1961, gané el torneo y obviamente al ser el primer golfista internacional en ganarlo estaba muy emocionado, por decir lo menos. Así que me llevé, al día siguiente, el saco verde a Sudáfrica. En ese entonces, no era como ahora, que vas a la entrevista para la televisión o a cenar con el saco puesto”, mencionó el tres veces campeón del Masters, Gary Player.

“Tres días después, contesté el teléfono y escuché ‘Buenos días, Gary, soy Clifford Roberts [primer presidente y fundador del Augusta National]. ¿Te llevaste el saco a tu casa?’. Le respondí que sí. ‘Nadie, nunca, saca el saco de la propiedad’, me respondió”, continuó Player. 

“De manera instantánea le respondí: ‘¿Por qué no viene usted y lo recoge?’ Lo tomó por el lado amable y me pidió que no la usara en público. Le prometí que no lo haría y lo guardé en una bolsa de plástico”, recordó el apodado Caballero Negro, en la conferencia de prensa tras su tiro honorario, junto a Jack Nicklaus y Tom Watson.

¿Cuánto cuesta el outfit de Viktor Hovland en el Masters de Augusta?

En la misma conferencia, que sirvió para recordar el aniversario 60 de la primera victoria del Oso Dorado en este torneo.

“El primer día tiré por arriba de par y durante el segundo cayó una gran tormenta, pensábamos que la ronda se iba a suspender, pero el cielo se despejó y pudimos terminar. Al llegar al green del 18, en el tablero vi varios unos [1], yo soy daltónico y no puedo distinguir colores, así que le pregunté a mi caddie, cuántos de esos eran rojos [en el Masters, colocan los números en verde si vas arriba de par y en rojo si vas por debajo] y me respondió ‘Solo el de usted, señor”, rememoró el máximo ganador del Masters (seis) y Majors (18).

“El domingo tenía un putt de cuatro pies para la victoria, lo emboqué y lo primero que hice fue aventar mi gorra al aire, igual a como lo hacía Arnold Palmer, la verdad es que se sintió muy falso, lo vuelves a ver hoy en día y ves a un jovencito forzando el festejo”, remató.