¿La nueva normalidad en el golf? Más bien la nueva era.

Sé a hablado mucho sobre esta «nueva normalidad» a la que de a poco nos tenemos que empezar a acostumbrar y a adaptarla como un nuevo estilo de vida. Por lo menos hasta que no exista una vacuna que logre controlar la complicadisima pandemia ocasionada por el nuevo Coronavirus.

El golf que jugamos todos los aficionados, a pesar de que en esencia sigue siendo exactamente el mismo, también se a integrado a esta nueva normalidad y a pesar que los campos de golf son de los lugares mas seguros que podríamos encontrar, las dinámicas ahora son totalmente distintas. De entrada esta prohibido el contacto con cualquier bandera o artefacto dentro del campo y la famosa chelita para hacer cuentas en el 19, ahora es impensable.

El golf profesional también a sufrido cambios y no cambios menores. De entrada cada vez nos parece mas común ver por la televisión un torneo del PGA Tour sin aficionados donde los micrófonos pueden captar prácticamente todo lo que se dice dentro de las cuerdas. Además los jugadores y caddies ahora viven dentro de una burbuja, donde sus rutinas son básicamente del avión (que por cierto son vuelos que solo pueden utilizar jugadores y caddies con exámenes negativos) al hotel (también de uso exclusivo para jugadores y caddies) al campo de golf donde se les prohibe la entrada a la casa club hasta no recibir su exámenes donde afirmen que no están infectados.

Pero el PGA Tour además de enfrentar esta nueva normalidad, también esta siendo parte de una transformación, en la que las grandes figuras son cada vez mas jóvenes, los que roban reflectores son cada vez fuertes y pegan mas largo y cada vez se necesita menos tiempo para llegar a ser el numero uno del mundo.

Hace poco menos de una década se hablaba mucho de la generación del 2011. Un conjunto de jugadores egresados precisamente en eso año y que llegaban a marcar una nueva pauta dentro del golf profesional. Algunos de esos jugadores son Jordan Spieth, Justin Thomas, Daniel Berger y el mexicano Carlos Ortíz. Los dos primeros ya fueron numero uno del mundo y sin lugar a dudas es una generación que hasta el momento a cumplido y rebasado las expectativas que se tenía sobre ella.

Pero el golf evoluciona a pasos agigantados y hoy estamos frente a una nueva a generación, la generación del 2019 a la que pertenecen figura ya de talla mundial y ganadores del PGA Tour como Collin Morikawa, Matthew Wolff y Viktor Hovalland donde por cierto el primero de ellos, en prácticamente un año como profesional, ya se encuentra en la posición numero 13 del ranking mundial. Curiosamente el también mexicano y hermano del arriba mencionado Álvaro Ortíz, pertenece también a esta brillante generación.

Pero además de la generación del 2019 existen otros indicadores de que el golf profesional esta entrando a una nueva era. Uno de ellos, las distancias que hoy en día pueden alcanzar los jugadores con el drive. Jugadores jóvenes cómo Cameron Champ que con promedio de distancia arriba de las 320 yardas nos tenían ya impresionados desde hace un par de años. Pero realmente eso no es nada comparado a lo que está haciendo Bryson DeChambeau y nuevo cuerpo. El norteamericano a creado un nuevo estereotipo de golfista y la buena noticia para él es que le funcionó. Sin duda es el jugador del que mas se habla, opacando incluso a Tiger Woods en recientes semanas y no solo eso, ya logró ganar en el tour con este nuevo estilo de juego.

Además, todo este empuje de las nuevas generaciones ya se ve reflejado en los rankings más importantes del mundo. Actualmente el promedio de edad de los primeros cuatro lugares en la FedEx Cup apenas llega a los 27 años, esto tomando en cuenta que el segundo lugar, Webb Simpson, tiene ya 34 años.

Además de que el actual numero 1 del mundo, Jon Rahm, tiene apenas 25 años. Siendo el tercer jugador en llegar más rápido al numero uno tras brincar al profesionalismo.

Es una realidad que nos encontramos ante una nueva normalidad con la que tenemos que aprender a vivir. Pero también es un hecho que nos encontramos frente a una nueva era del golf. Una era donde aún pueden convivir los Tigers y los Phils, pero donde los protagonistas son jóvenes que han llegado a revolucionar este deporte.

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